Camión cargado de Galletas y chocolatinas.
Este pagaba impuesto de lujo.
Esta extorsión a los transportistas durante los años cincuentas, venia de antiguo. En el siglo 18 era la principal fuente de ingresos de algunos Ayuntamientos, como al que nos vamos a referir. Barcelona.
En 1872 hubo un gran tumulto contra los fielatos llegando incluso a incendiar alguno. El movimiento mas fuerte fue el de la entrada a Barcelona por Hospitalet.
Burots a La Bordeta.
Desafío del pueblo, con adoquines a los Burots.
Eran los aduaneros de la ciudades. Bajo la excusa de un antiguo control sanitario (animal) sobre mercancías comestibles que entraban a la Ciudad, los Burots cobraban unas tasas e incluso impuestos de lujo a licores y bombones.
En los años 50s ya con transporte en camión, el resultado era una fiscalización inaceptable, para el transportista, soportando entorpecimientos, obstuculaciones, tramites, demoras en las entregas, desbaratamiento de horarios. Lo que hace que el transportista asuma unas responsabilidades subsidiarias, que en modo alguno tenían que asumir. Diferentes ciudades toman el ejemplo de Barcelona, la carretera como tal deja de ser la via rápida cortada por una red de fielatos con lo que los camiones, vuelven a convertirse en carros, un paso hacia atrás en las ciudades que adoptan este impuesto.
En aquellos años, influía a los transportistas que al llegar al fielato, habían que declarar y pagar las tasas de las partidas alimentarias y animales que llevaban junto con el resto de mercancías que podían ser de cualquier índole hilados, ropa, maquinaria, madera etc.
Este control también se hacia en las estaciones de tren, llegaban los recaderos de los pueblos cargados de pequeña paquetería en los "mocador de farsells". En la estación había un funcionario del ferrocarril que hacia las veces de Burot y cada tanto en tanto tenias que pagar si o si, aunque no llevaras nada. El tiempo que el funcionario te podia retener era exagerado en un lento registro, incluso haciendo abrir paquetes, pudiéndote hacer perder el día y el negocio. Uno de estos semi-burots, venido del sur, creo un prospero negocio de agencia paquetería con las mordidas.
Los había en la salida estaciones de los ferrocarriles de mercancías y en todos los muelles del puerto de la Ciudad. Las mordidas por pasar por alto unas normas aberrantes hicieron rico a mas de uno. Allí en las estaciones era mas duro. Solo podia salir una mercancía en transito. Si tenias 6 sacos para Sabadell, no podías salir en el mismo viaje con 3 de Terrassa, ni 4 para Granollers. Conclusión pagas al control de puertas y sales con toda la mercancía de varios destinos. Extorsión al transportista pura y dura.
Los horarios de estas oficinas, se abrían al levantarse el día y se cerraban al hacerse de noche. En las horas nocturnas habían quien se saltaba los fielatos se les llamaba los "Matutes" se arriesgaban a pasar los fielatos de noche cuando estaban cerrados, eso si tenían evitar alguna "ronda" dentro de la ciudad. Si los pillaban la multa era de campeonato.
EL FUNCIONAMIENTO. 1958.
Nos centraremos en uno. El de Coll de Finestres, limite de Barcelona con Montcada donde confluían todos los camiones que venían de la N152, además de los de la N154 Valles, incluyendo dos grandes ciudades como Terrassa y Sabadell.
Parabas el camión y declarabas lo que llevabas de consumo, nosotros siempre llevábamos hilatura, nos conocían y pasábamos. Alguna vez por fechas de navidad se bajaba algún capón para regalar a algún jefe de la fabrica de destino. Se amordazaba el capón (Pollo grande) y a la caja de herramientas, por un rato.
Recogida de jaulas en el mercado de Granollers los jueves.
Pasos a seguir por los que llevaban habitualmente esta clase de mercancías. Detenerte a la entrada del fielato. Declarar toda la mercancía sujeta al pago de arbitrios. El Aforador, repasa toda la mercancía declarada sobre papel, clasificándola por grupos, para calcular la categoría del impuesto sobre el producto.
Si se transporta dulcería y licores, además de la carta de porte, debía aportar factura ya que son productos grabados por el impuesto de lujo, según su valor. Estos productos, además del arbitrio de por si, pagaban un 21% adicional.
Una vez el Aforador ha extendido el talón de pago, pasabas por caja en la ventanilla contigua.
A la salida de la oficina a unos metros, otro funcionario, llamado de " puertas" que tenia que dar conformidad a lo declarado y lo pagado. Era el funcionario represor oficial. Si no veía la cosa clara, o según como se había levantado aquel día, podia incluso hacerte descargar el camión para comprobar lo declarado y pagado. Una diferencia. Si pagabas mordida ningún problema, todo era claro, nítido y brillante.km
Las frutas y verduras tambien pagaban.
La avaricia de estos puestos era tal, que con el tiempo, también cobraban la arena extraída de los lechos de los ríos y entraba a Barcelona.
Recuerdo a mi Padre y muchos camiones volquetes, cuando el rio Besos bajaba con poca agua en Montornés del Valles y Montmeló, cruzaban el rio y empalmaban con la carretera de la Roca, entrando por el puente de Santa Coloma que no funcionaban.
Según me cuenta el transportista de Sant Andreu. Arcadi Galbas Meia, ellos se dedicaban a cargar en los mercados semanales principalmente los de Vic y Granollers, a recoger las jaulas de pollos, gallinas, conejos que los comerciantes de Barcelona habían adquirido in situ.
Había que tomar nota de las cantidades de animales de cada cliente. Cada jaula tenia que llevar la cantidad exacta de animales para poder declararla. Si en una jaula había mas animales que los estipulados, la multa la pagaba el cliente.
Todas las jaulas marcadas con el nombre del cliente.
Los precios en los años cuarentas eran. Cada jaula tenia que llevar treinta conejos a 0'33 céntimos de peseta por conejo. Jaula de pollos 25 pollos a 0'25 céntimos por pollo. Cajas de huevos 120 docenas por caja en cuatro pisos con paja. A 0'10 céntimos la docena.
Fielato de la entrada por el Morrot.
Terminadas las inspecciones entrabas a la Ciudad repartiendo la carga entre todas las tiendas de los compradores. Dentro la ciudad tenias que llevar siempre los albaranes de pago de cada cliente, porque las Rondas, controlaban los alrededores de todas las pollerías, carnicerías y tiendas de alimentación de los barrios. A veces no se fiaban de ti, por si no habías declarado alguna jaula, cosa que con llevaba que el Burot hiciera todo el reparto contigo, tienda por tienda. Si te pillaban con algo de mas o jaula mal contada, la multa era tres veces superior a lo pagado en el fielato.
Así trabajaban los transportistas en épocas pretéritas, justo acabo de circular a base de gasógeno.
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