Retorno de un transporte de Madrid a Barcelona.
El Josep Maria (Tochanes) y el Benet de Cal Ferrer. Hicieron un viaje entre Torelló y Madrid. Eran muy usuales estos viajes, ya que Torelló la industria tornería de Madera, junto con el resto de poblaciones de la Vall del Ges era un potencial. Vidrá en la cabecera, Torelló, Sant Viçens de Torelló y Sant Pere de Torelló era su industria principal.
Los productos en tornería (en madera) de estas poblaciones, se dividía, en dos partes. La industrial y la domestica, que consistía básicamente en figuras talladas de madera, como las del ajedrez, los juguetes para críos, muñecos, reproducciones de personajes de Walt Disney.
La industrial era la fabricación de mangos para cualquier herramienta, destornilladores, martillos, etc. Tambien era muy importante para la industria textil, donde enrollar los hilos producidos por las maquinas.
Volviendo al tema que nos ocupa. El transporte. Salieron con el Ford 8 Barbas, bien cargados, ya que la madera de "boix" principal elemento en la fabricación de estos enseres es muy pesada.
Lo delicado, iba en en cajas de madera, algunas retornables, lo industrial en sacos de arpillera, el peso era notable, pero se cobraba bien. No todo el mundo tenia un par de camiones y la competencia Renfe. No era segura.
Una vez descargado el Ford, como buenos transportistas con el pantalón por encima la cintura, alpargatas de "betes" el cigarro en la boca, aparcado el camión en la pared del Matadero Municipal, se mezclan con el resto de transportistas del resto de España, vociferadores de cargas, transportistas, choferes, vendedores de lotería, chiquillos mendigando. El objetivo es buscar de retorno hacia Barcelona, en los aledaños de la plaza de Legazpi.
Entradas en los bares, abarrotados de publico, unos comiendo, otros almorzando, tomando vinos y como no el uso de los urinarios. Un mar de cabezas, donde sobresalían algunos comisionistas, con el puro en la boca, el portafolios sobre la barra, sentados a mas altura en taburetes. Eran como reyes en su trono de madera. Otros tenían alguna mesa arrinconada, fija para ellos dentro del Bar y cerca del teléfono,(con operadora). Tanto dentro el bar como fuera, aquella acera era imposible transitar sin dar un empujón o que te lo dieran, o te quitaran la cartera. Lugar ideal. Los vociferadores eran los encargados de vociferar las cargas en la calle a cuenta de algun comisionista de los sentados en el Bar, que si le conseguía algún camión barato le daba un duro (cinco pesetas).
Aquel día era imposible encontrar a en Legazpi, una carga decente y medio pagada. Al final por no perder fecha, cogieron (era la época) una carga de unos 4.000 kilos de melones, para el mercado del Borne de Barcelona. La carga en el melonar mas grande y famoso de España. Villaconejos.
Al llegar a Villaconejos, entrada la tarde se dirigieron al melonar para cargar.
El propietario mirando el reloj les dijo, que ya era tarde para cargar y cargarían por la mañana. De nada sirvieron las escusas de la hora que les habían pasado la carga y el desplazamiento a Villaconejos. No es no. Y se carga mañana. Autoritario el melonero.
Que remedio, dejar el camión en mitad del campo, buscar una taberna, bocadillo de chorizo, vaso vino, preparar mantas y con la paja utilizada de la carga de los melones, hacerse una cama en la caja del camión.Ahí las dos almas, mirando las estrellas, en una hora tan temprana como aquella,( para ellos), Benet.
Que ?
Piensas lo mismo que Yo, le espeta el tochanas.
Me parece que si.
pues ala a Trabajar.
Paja al camión y a recoger melones, unos recogidos, otros en la mata, verdes maduros, feos y guapos al camión. Con unos mil kilos basta, recogidos mas o menos en una hora.
Una vez cargado el camión y con la lona, por encima las barandas, carretera y manta, sin parar, turnándose, como siempre al volante, camino Barcelona.
En Barcelona entrar con carga comestible era un problema. Había los fielatos que te cobraban a tanto por pieza, o a ojo, según lo que fuera. Había que entrar bordeando la ciudad hasta Santa Coloma de Gramanet, un pequeño pueblo, lleno de autoconstrucciones de emigrantes llegados de Extremadura, Andalucía y Galicia principalmente. Lugar acordado por los dos vendedores.
Ya teníamos el punto de venta. A vender melones en la plaza del reloj de Santa Coloma de Gramanet.
A las nueve de la mañana se abría la parada, con un lateral del camión abierto. El peso a ojo, si alguien lo discutía se le daba la razón y automáticamente bajaba el precio. El problema surgió, cuando vieron que habían cogido muchos melones verdes. El Benet rápido lo soluciono. Se sentó en la cabina cogio un martillo y por el lado bombeado. daba unos ligeros golpes en los extremos y melón madurado.
Mire señora, que maduros son, casi se los mete el dedo dentro el melón. La venta fue provechosa pero hacia falta despejar rápido. Alguno volvió con el melón maduro provocado por Benet.
Recogida de lona, mirar si se había cumplido el objetivo del porte de regreso, carretera de la Roca y para a Torelló, regalando melones a amigos y familiares. !!Ojo son de Villaconejos" saborearlos bien.
El autentico camión de esta historia, en una accidente.
Al romperse el frontis de la caja. Se entrevé una caja
de madera desechable con juguetes de tornería.