Era 11 de Julio de 2016, habíamos visitado algunos barrios de Tirana. Hay que saber cómo vive la gente .
A
La mayoría de los accidentes son frontales, todos mortales. El cinturón de seguridad tampoco se usa. Hay la costumbre de ir por el medio de la carretera y cuando uno quiere adelantar, adelanta.
En LEZHE, no había ningún camping. Nos informan que fuéramos a la costa a la vecina Shengjin, ciudad donde el turismo empieza a arraigar.
Por la carretera encontramos una piscina, con aparcamiento. Nos dejan aparcar, salvo pago de 15 euros.
Fue nuestra suerte, por la noche, el recinto quedó blindado de rejas y cámaras. Fuera inseguro.
La segunda suerte de aquella tarde noche, uno de los camareros, de los tres que había en el bar piscina hablaba español.
El nos informo de donde estábamos y que teníamos que saber.
De verdad el negocio era un poco raro, ya que los únicos clientes a aquella hora de la tarde, había en el bar piscina. Éramos nosotros.
No se como se desenvuelven durante el dia. Pero nosotros tuvimos a nuestra disposición, un pizzero, un camarero y un cocinero hasta las doce de la noche.
Como no, en vez de hacernos algo de comida en la camper, optamos por dos pizzas que nos las llevaron a la camper a tres euros cada una.
Si te querías dar un chapuzón en la piscina, dos euros, las veinticuatro horas.
Mientras comíamos la pizza, el camarero que hablaba un poco de español, se sentó con nosotros.
Nos explico que Lezhe, era la única ciudad católica de Albania. Que tenían una catedral y dedicada a Sant Nicolas.
También nos comento, que el hablaba español, por la razón, que fue seleccionado en uno de los viajes del Papa, que arrastra multitudes. A el le toco, el de Madrid, lo que paso un año entero estudiando, español, intensivamente.
Vuelto a Albania, continuo estudiando español, ya que su ilusión es volver a Madrid, junto a unas amistades eclesiásticas, que le ofrecieron ayuda. Esta ahorrando, pero con el sueldo que tiene y alimentar una gran familia,(el unico que trabaja) el ahorrar es imposible.
Una de mis preguntas, fue si sabia algo de la montaña de Lezhe. Yo había visto un reportaje en TV, sobre unas bases de submarinos que entraban dentro la montaña.
El chico me dio instrucciones, para acercarme hasta allí. La montaña de las películas de James Bond, agujereada, por completo.
Una de mis preguntas, fue si sabia algo de la montaña de Lezhe. Yo había visto un reportaje en TV, sobre unas bases de submarinos que entraban dentro la montaña.
El chico me dio instrucciones, para acercarme hasta allí. La montaña de las películas de James Bond, agujereada, por completo.
Dirección a la montaña. Detrás de un triciclo,
de carga frontal, donde el conductor tiene que ir
de pie, para ver el camino. Nosotros detrás.
Al fondo chatarra olvidada por los rusos.
Seguimos el camino de tierra entre barracas.
La primera puerta que entra a la montaña. Las
alambradas con concertinas por doquier, Es zona
prohibida.
Las puertas se suceden, por toda la falda de la montaña.
Para bajar al mar, donde están las oberturas de los
submarinos, prácticamente, imposible. Lleno de
alambres y concertinas, camuflados entre la maleza.
Patrulleras, pudriéndose al sol.
Aquí ya nos ha pillado uno de los vigilantes.
Se acabo la visita.
Esta prohibido hacer fotos y nos obliga a regresar.
Dos camiones Zil rusos fabricados en China.
En una esplanada, las extrañas edificaciones.
Da la impresión que no hay nadie. Pero si te detienes
salen militares por doquier.
Foto internacional. Un Steyr austriaco. Un
Withe americano, a su lado un montón de
torpedos. Cargados o vacíos?.
Al otro lado de la montaña, el turismo empieza
a invadir.