Ebro, fue la marca por excelencia en el reparto por las
ciudades. Podían con todo, eran irrompibles. Saltaban
bordillos cargados, subían las rampas del barrio de Horta,
Calle Cartagena o Avenida Tibidabo, de Barcelona. con
el doble de kilos de los permitidos.
Nada ha tirado para atrás a un camión Ebro, en su cometido.
Eran los guerrilleros de la ciudad.
Ebro de morro E_35 de la distribuidora Beresa.
Sin carga en la calle Córcega de Barcelona. Detrás
suyo el taller. Baterias Tudor.
Ebro de la fábrica KAS, cargando en el almacén,
que poseía dicha empresa Alavesa, en la población
de Montcada i Reixac.
Ebro de la empresa cervecera San Miguel, con
laterales, para el transporte de bidones de cerveza.
Otro B-35 de San Miguel, para la carga lateral
paletizada
Otro Ebro de Beresa, con carrocería en estantes,
para el reparto a mano de gaseosas y sifones Konga.
Detrás un Renault R-5
Un Seat 1430
y el culo de un 127.
Para adivinar la época.
para el carnet de segunda que se le llamaba.
Ebro siempre tenia una. Carroceria mas escueta,
pero mismo motor.
Fotografías cedidas, por Pedro González Esquerdo.
Aficionado fotógrafo de camiones.