Buscaba una gasolinera y me salí de la autovía. Antes de encontrarla en un descampado, estaba la "carroceta" IPV de Naxo. Me acerque a ella y al propietario. Me conto las maravillas de aquel pequeño camión con pluma i volquete que era como una navaja suiza. Servía para todo y se amoldaba a todo, hasta subir por una pared, aunque no llevaba bloqueo de diferencial.
Equipaba un motor Perkins de cuatro cilindros debajo una cabina espartana de las primeras de Mafsa, fabricante primitivo de IPV.
Tambien me conto una historia de las "carrocetas" que había de muchas marcas que no eran conocidas hechas artesanalmente por talleres gallegos.
Me comenta Naxo que conocía a uno, que en una subasta había adquirido cientos de ejes de camión los había cortado todos 1,70 construyendo unos cuantos vehiculos muy fiables. Sin marca alguna, hasta que acabo con los ejes.